La soledad es un arte, todo el arte de la meditación. Estar completamente centrado en tu propio ser sin ansiar a la otra persona; estar en tal profundo reposo contigo mismo que no necesitas nada más, eso es la soledad. Te proporciona dicha eterna.
Si primero estás arraigado en tu ser y luego te diriges a una relación, el fenómeno es completamente distinto. En este caso puedes compartir, puedes amar y también puedes disfrutar este amor. Incluso cuando es momentáneo, puedes danzar, puedes bailar, y cuando desaparece, desaparece; no miras atrás. Eres capaz de crear otro amor, de modo que no hay necesidad de apegarse. Das gracias a tu amante, das gracias al amor que ya no está ahí porque te enriqueció y te proporcionó algunos atisbos de la vida, te hizo más maduro.
No obstante, esto sólo será posible si estás algo arraigado en tu ser. Si el amor es todo lo que tienes, sin ninguna base meditativa, sufrirás, cada relación amorosa tarde o temprano se convertirá en una pesadilla. Aprende el arte de estar solo, y dichosamente solo; entonces, todo será posible.
Mónica Quetglas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario