de que nuestro conjunto de creencias
son las que crean el mundo emocional que habitamos,
uno se torna alerta con las opciones de pensamiento
que aparecen ante su corriente de consciencia.
La persona que ha comprendido
el enorme poder que su mente
tiene en la configuración del mundo,
ya no controla tanto las circunstancias externas,
sino que, más bien,
dirije su mirada hacia las propias actitudes
y pensamientos que las posibilitan.
Tenemos mucho más que ver
de lo que nos parece
en aquello que nos sucede.
Se trata de cambiar el foco de visión
elaborando opciones más positivas
y " formulando el mundo"
tal y como lo deseamos vivir.
Somos co-creadores de nuestra propia vida.
El secreto que mueve el mundo
está en el corazón de nuestra propia alma.
Yogui del Pirineo
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