viernes, 3 de mayo de 2013

Servicio a la vida

Considero que todos hemos experimentamos en mayor o menor medida los beneficios que aporta una actitud de “servicio a la vida”, incrementa nuestra satisfacción y paz interior. Cada uno sabe, en su propia profundidad, la particularidad de la llama que puede encenderse viviendo una vida desde la perspectiva del dar de una manera honesta y sentida.
Ese dar desde el potencial del que cada uno dispone, que en definitiva es un darnos y que no habla precisamente de cantidad, sino fundamentalmente de calidad. Que inevitablemente depende de nuestra responsabilidad, esa palabra que tiene a veces tanta carga y que no es otra cosa que la habilidad de responder con nuestros talentos y capacidades a lo que nos es atribuido. Ser responsables es usar esas aptitudes y habilidades para el bien de todos o del todo de modo alegre y ligero. Creo que la responsabilidad sólo es un peso cuando olvidamos usar nuestras capacidades y nos desvinculamos de la energía espiritual que viene en nuestra ayuda cuando somos responsables.
Me motiva a escribir esta reflexión en cierto modo por razones particulares, pero más por los motivos sociales que estamos viviendo donde se refleja en muchos grupos una actitud de dar de manera responsable.

Marcela Santos

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